domingo, 1 de abril de 2018

El Bombardeo de Jaén fue realizado por la Legión Cóndor


El 1 de abril de 1937, en la ciudad de Jaén, se produjo uno de los bombardeos más funestos y horribles de la Guerra Civil española. Puede que si no eres andaluz, o no has estudiado en profundidad esta confrontación bélica, ignores todo sobre ello. Algo sorprendente al conocer que se trató de un bombardeo en el que murieron más de un centenar y medio de personas (se podría comparar con el de Guernica en esta macabra cifra).

Pero que no lo conozcas más que el famoso bombardeo que inmortalizó Picasso en el Guernica no se debe sólo a tu falta de estudio sobre esta guerra. También existió un deseo, por ambos bandos, de no dar demasiada publicidad al suceso.

¿Te interesa conocer un poco más este suceso histórico?


Jaén, en la primavera de 1937, era una ciudad de retaguardia en el bando republicano. El golpe del 18 de julio de 1936 había fracasado en toda la provincia debido a la escasa presencia de militares afines y a la alta concentración de militantes del Frente Popular. Con escaso interés militar, desde el 2 de enero de 1937, quedó definida una línea continua, casi exactamente coincidente con los límites de las provincias de Córdoba y Granada con la de Jaén, prácticamente inamovible durante el resto de la contienda.

El avance de las tropas rebeldes, denominadas nacionales, provocó que en esta ciudad se congregaran multitud de evacuados y refugiados provenientes de ciudades andaluzas cercanas, tales como Sevilla, Granada o Córdoba. Se calcula que llegaron unas 20.000 personas, aumentando la población de la localidad a cerca de 70.000 almas.

Los acontecimientos bélicos que se estaban produciendo en la Península no parecían afectar a esta ciudad. Pero todo ello cambió el 1 de abril de 1937. Ese día, 6 bombarderos alemanes tipo Junkers 52 bombardearon la ciudad por sorpresa, causando en una sola pasada más de centenar y medio de víctimas.  ¿Por qué se bombardeó una ciudad que no tenía ningún interés militar?

La razón de este bombardeo debemos buscarla en el inmediato Bombardeo de Córdoba realizado por el bando republicano. En efecto, ese día 1 de abril de 1937, a las 12:30 de la mañana, siete Tupolev Katiuskas del ejército republicano rugieron en el cielo de Córdoba y soltaron varias bombas sobre la ciudad, causando daños especialmente en el Hospital General Militar. Se estima que murieron en ese ataque en torno a 40 personas, 18 en el hospital, a pesar de que la población fue advertida del ataque.

Debemos tener en cuenta que la ciudad de Córdoba fue bombardeada hasta en 46 ocasiones, lo que la convierte en una de las más afectadas por este tipo de ataques durante la Guerra Civil española. Además, es necesario añadir que el único objetivo de estos ataques, hasta diciembre de 1936, era el de atemorizar a la población civil. Entre el 27 de julio de 1936 hasta el 9 de diciembre de 1938 se estima que murieron 235 personas debido a estos ataques, aunque el historiador Patricio hidalgo sólo ha logrado identificar a 156.

La respuesta del bando nacional ante este ataque fue inmediata y brutal. Mientras que en otros famosos bombardeos, como en Guernica o Cabra, no tenemos el documento histórico que señale a los que ejecutaron al orden, aquí no cabe duda de ello. En los archivos históricos podemos encontrar la orden para el bombardeo de Jaén, firmada por el general Gonzalo Queipo de Llano, el mismo día del ataque a Córdoba y registrada como la orden de operaciones número 295 de la Jefatura del Aire, Estado Mayor, 3ª Sección. Sig. A1983.

Los motivos para ordenar tal acción de castigo eran claros: aterrorizar a la población civil y desmoralizar al bando republicano. Tanto la autoría como el motivo vengativo  los dejó claros el general a través de Unión Radio Sevilla la noche de aquel mismo día.

La estrategia del terror fue un recurso habitual en los primeros meses de la lucha, según había ordenado el general Emilio Mola. A partir de la primavera de 1937 este tipo de acciones sobre civiles se intensificó, siendo Jaén, junto a Durango (31 marzo de 1937), los precedentes inmediatos a Guernica (26 de abril de 1937). No obstante, habría que precisar que Jaén, al contrario que las localidades vascas, ni estaba situada en las proximidades de un teatro de operaciones ofensivas nacionales, ni fue bombardeada por fuerzas extranjeras (italianas o alemanas), sino españolas.

Los aviones partieron del aeródromo de Tablada (Sevilla) y, tras unirse a unos cuantos cazas que le daban protección, descargaron las bombas sobre Jaén, en una sola pasada, a las 17:20h. Ello lo sabemos debido a que el reloj de la iglesia de San Ildefonso se paró como consecuencia del ataque. Las dos escuadrillas de bombarderos atravesaron la ciudad de sur a norte y, en total, lanzaron 68 bombas de 50 kgr y 7 bombas de 250 kgr, es decir, 5.150 kgr de trilita.



La entrada de Wikipedia sobre este bombardeo contiene una información falsa sobre este bombardeo. Lo atribuye, erróneamente, a la Legión Cóndor alemana, cuando en realidad, fue ejecutada por pilotos españoles del bando nacional, tal como se comprueba en los partes de guerra. Los jefes de las escuadrillas fueron el capitán Eduardo Prado (escuadrilla 5-E-22) y el capitán José Larrauri (escuadrilla 6-E-22).

Jaén no contaba con defensas antiaéreas ni se dio la alarma de este ataque, el cual sorprendió a los jienenses en sus tareas cotidianas. Los niños estaban en la calle, pues los jueves no tenían clases, y las personas en las calles, tal como reflejó el parte de Larrauri (Se observó mucha gente en las calles).

Tal como relata Juan Cuevas Mata, la bomba “que más estragos produjo fue la que cayó en la calle Fontanilla (principio de la actual calle de Federico de Mendizábal), donde se concentraban varias decenas de personas, sobre todo mujeres y niños, guardando cola para comprar carbón y alrededor de un popular quiosco de chucherías, de las que resultaron veintidós muertas y el resto heridas de diversa consideración”.

Según los datos que ofrece este autor la cifra total de muertos fue de 157: Hombres adultos 53, Mujeres adultas 37, Menores de 18 años (H-M) 64, Hombres, edad desconocida 2, Mujeres, edad desconocida 1. También se produjeron cuantiosos daños materiales.

Casas destruidas tras el bombardeo de Jaén

 Inicialmente, las muestras de repulsa e indignación fueron unánimes en el bando republicano. Pero pronto el bombardeo empezaría a ser ocultado para no evidenciar otra tropelía de similar magnitud.

El bombardeo de Jaén fue perpetrado en caliente y, según palabras de Queipo Llano con el objetivo de que “sepan los rojos que en lo sucesivo, siempre que bombardeen una población se les contestará de la misma manera”. Con igual impaciencia y calentura, dentro de la espiral de violencia que vivía España en aquellos años, el bando republicano respondió al ataque con una acción igual de cuestionable.

El mismo 1 de abril, a las 20:00h, el Comité Provincial del Frente Popular decidió contestar a tan terrible ataque con la orden de fusilar al mismo número de presos nacionales que víctimas había causado el ataque. La Ley del Talión llevada a la máxima expresión.

En total fueron fusilados 128 presos en las tapias del cementerio de Mancha Real durante los días 2, 3, 4, 5 y 7 de abril.

Tanto el bombardeo sobre civiles indefensos como el fusilamiento de presos sin mediar un juicio justo deben ser considerados crímenes de guerra. Pero aquí, en España, se prefiere tapar y olvidar antes que afrontar y juzgar. Afortunadamente, la historia termina colocando a cada uno en su lugar.

El bombardeo de Jaén también tuvo, como consecuencia positiva esta vez, el inicio de la construcción de diversos refugios antiaéreos, así como la toma de medidas para proteger a la población (sistema de alarmas y oscurecimiento de la ciudad por la noche). En total se llegaron a construir, por el ayuntamiento, 35 refugios públicos, mientras que, de forma privada, se construyeron 114 refugios en casas particulares. Hoy en día es posible visitar el refugio aéreo de la Plaza de Santiago para informarse un poco más sobre la vida en Jaén durante la Guerra Civil.

Refugio aéreo de la Plaza de Santiago
Me gustaría despedirme con las palabras de algunos testigos directos. Existen varios testimonios de este bombardeo, relatados por personas que pudieron vivirlos en primera persona. Los poetas Rafael Porlán y Miguel Hernández fueron testigos excepcionales de ellos. El primero nos dejó el relato estremecedor del bombardeo en su libro Prosas de un novelista inacabado (págs.: 161-164), mientras que del segundo tenemos tanto sus palabras como el relato de su mujer, Josefina Manresa: “En Jaén presencié un bombardeo que me impresionó mucho. [...] Los familiares a los que cogió fuera lloraban desesperados en los escombros. Recuerdo a un niño, de unos diez años, muriendo entre una puerta y la pared [...] Todo el tiempo que duró el bombardeo lo pasamos en un patio que había allí muy amplio [se refiere al patio del Hospicio de Hombres, en Santo Domingo], y yo hacía lo que veía hacer a los demás. Me ponía las manos en la cabeza [...]”.

Bibliografía:
Hidalgo, Patricio: La Guerra Civil en Córdoba. Los bombardeos aéreos sobre la capital (1936-1939). Almuzara. 2013.

Sánchez Tostado, Luis Miguel: La Guerra Civil en Jaén (historia de un horror inolvidable). L.M. Sánchez. 2007

Cuevas Mata, Juan: El Bombardeo de Jaén. Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Jaén. 2013.

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